Recientemente hemos sufrido la pérdida de dos grandes académicos que dedicaron su vida a África y tuvieron un rol esencial en la divulgación de los estudios africanos en el mundo.
Fernando Augusto Albuquerque Mourão, uno de los más importantes brasileños investigadores y estudiosos de la cuestión africana, falleció el 30 de setiembre de 2017 a los 83 años en San Pablo, Brasil. Su interés por África nació desde sus épocas de estudiante en la Universidad de Coimbra, Portugal, cuando tuvo como compañeros a futuros líderes de la lucha por la independencia de las colonias portuguesas, Amilcar Cabral, de Guinea Bissau y los angolanos Agostinho Neto y Mario Pinto Andrade. De regreso a Brasil, comenzó a dar clases en la Universidad de San Paulo, contribuyendo a crear el Centro de Estudos Africanos (CEA) en 1965 y convirtiéndose en profesor titular en 1971.
Desde el CEA el Profesor Mourão se preocupó por consolidar los estudios africanos, abriendo la puerta a la por entonces nueva disciplina: las Relaciones Internacionales. Por tanto, allí se discutía la realidad de las sociedades africanas en el contexto de sus conexiones internacionales, promoviendo la creación del “primer CEBRI” en la década del 90. En paralelo, en Rio de janeiro, el profesor José Maria Nunes Pereira, colega de Mourão em Coimbra y fallecido en 2015, lideró en 1973 la creación del Centro de Estudos Afro-Asiáticos, en la Universidade Cândido Mendes y en 1966 dictó el primer curso de postgraduación en Historia de Africa Negra y del negro en Brasil. Mourão fue por muchos años Director del CEA y de su producción académica, la revista ‘África’. En ese contexto conocí a Fernando Mourão en 1978 y fue mi director de tesis doctoral. A lo largo de todos estos años mantuvimos una sólida relación de amistad e intercambio académico, compartiendo el amor por África, en los variados encuentros que mantuvimos en Rosario, Brasil y España.
En su homenaje, en 2012, se editó un número especial con el título “África Única e Plural”, que contó con la contribución de discípulos y colegas. Kabengele Munanga, el entonces director, con sus palabras resumió, de algún modo, la esencia de Mourão: “é um dos raros intelectuais brasileiros com o coração dividido entre o Brasil e a África, sem deixar de estar atento à ordem mundial e aos problemas da humanidade como um todo”.
Francisco Javier Peñas Esteban fue otra rara avis que conjugaba Relaciones Internacionales con los estudios africanos. Durante sus vacaciones, el 20 de febrero de 2018 Paco falleció en Argentina. El Profesor Peñas también provenía de la militancia política, habiendo participado muy activamente en la campaña española anti-OTAN, pero tras un accidente de auto decidió dedicarse a la academia. Así realizó un Máster en el Instituto Ortega y Gasset y en 1993 empezó a impartir clases de Relaciones Internacionales en el Segundo Ciclo de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Tal como comenta una discípula y luego colega, Irene Martin, “la técnica docente que Paco conocía y manejaba a la perfección: la lectura y la discusión sin fin, la réplica y la contrarréplica. Daba igual la postura ideológica de cada uno. Paco había llegado a la universidad para repensarlo todo, para ponerlo todo patas arriba. Y nunca dejó de hacerlo por mucho que, como buen nostálgico de su generación, le costara despegarse de la etiqueta de maoísta. Con ironía, y también algo de coquetería, decía que él era un ‘maoísta del barrio de Salamanca’. Porque si algo caracterizó siempre a Paco fue que también se ponía patas arriba a sí mismo, y no tenía el menor problema en exponer humildemente sus propias contradicciones”.
Desde las discusiones sobre Relaciones Internacionales pasó a preocuparse fuertemente por los problemas africanos, convirtiéndose en el referente de la UAM. Allí organizó un pionero Máster de Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, convenciendo a los pocos africanistas que había en España de que impartieran clases, casi por amor al arte.
Conocí a Paco a través de Luciano Zaccara, un colega argentino que también daba clases en la UAM. A partir de entonces comenzó nuestro intercambio académico y docente, que luego se extendiera a nuestros respectivos equipos de trabajo. Por mi parte, participando en el Grupo de Estudios de Relaciones Internacionales (GERI), impartiendo clases en el mencionado Master y publicando en la Revista Relaciones Internacionales que él coordinaba. Paco Peñas venía a la Argentina con cierta frecuencia por lo cual pudimos disfrutar de sus conocimientos en dos cursos de Doctorado que impartió “Las relaciones internacionales tras la guerra fría” y “Nuevo orden mundial: ¿qué pensar? ¿qué hacer?: escuelas éticas en Relaciones Internacionales”, y compartir discusiones sobre el lugar del Sur en las Relaciones Internacionales disfrutando de buenos asados. Su temprana partida nos deja otro vacío académico y de sentidos afectos personales.
Los legados de Fernando y de Paco nos acompañarán siempre, invitándonos a reflexionar y mirar el mundo desde nuevas perspectivas.
Gladys Lechini
Rosario, mayo de 2018